Cómo influye el año nuevo a nuestras emociones.
La emoción es la alteración del ánimo que implica actuar con algún propósito. Su grado y tipo pueden variar, y se acompañan de ciertas conmociones somáticas (alteraciones del organismo). Según sus características, podemos encontrar numerosos tipos de emociones, entre los que se encuentran la adaptativa (miedo), motivacional (el llanto de un bebé), comunicativa (risa), intrapersonal (frustración) e interpersonal (ira), las cuales alteran distintas partes de nuestro sistema nervioso. Por ejemplo, cuando sentimos miedo se debe a la alteración de nuestra amígdala; un sentimiento de alarma o de ira altera nuestro hipotálamo; la capacidad de inhibir reacciones es desarrollada gracias al hipocampo…
El ser humano, al igual que el resto de seres vivos, está en constante adaptación con el medio. Para poder subsistir en ese entorno, nos adaptamos a las necesidades que nos son impuestas por este. Por eso, al finalizar nuestro calendario, las condiciones y el entorno que nos rodea nos incita a desarrollar un sentimiento positivo. Al dar y recibir muestras de amor durante estas fechas, surge un sentimiento de amor hacia el resto que se desarrolla hasta nosotros mismos. Este sentimiento de amor nos hace querer ser mejores, con nosotros mismos, con los demás… Activando nuestros mecanismos cerebrales (amígdala, hipotálamo…) y atribuyendo un carácter positivo hacia el próximo año, con una serie de propósitos que nos incitan a ser mejores.
Bibliografía:
Conocimientos básicos del cerebro.
Celia López Pastor.