Explicar en pocas palabras en qué consiste la pedagogía sistémica es complicado, si además aparecen conceptos como alma, campo, sistema familiar, etc, os podéis imaginar.

Por eso yo me apoyo en un cuento. Recurro a él si los padres están en un punto muerto, estancados y sin movimiento alguno.

Pongo un ejemplo, un niño suspende y tiene mal comportamiento, los padres vienen a la reunión conmigo como tutor y dicen que ya no saben qué hacer, que lo han probado todo, que le han castigado, quitado internet, el móvil, profesores particulares... Todas las acciones se basan en que el niño tiene un problema, los padres ya han hecho "todo lo posible".

Entonces les digo:

"¿Os suena el cuento del flautista de Hamelin?", normalmente todos lo conocen o han oido hablar de él, yo lo abordo de una manera rápida y directa. "En Hamelin la gente está preocupada porque los ratones lo destrozan y ensucian todo, no saben qué hacer, no hay manera de deshacerse de ellos. Entonces alguien comenta que hay un nigromante que puede eliminar la plaga, y le llaman. Al cabo de unos días, aparece un músico que pide un alto precio por hacerse cargo de los ratones. La gente duda porque el precio a pagar es muy alto, pero finalmente acceden porque no pueden prosperar ni vivir en condiciones adecuadas entre tantos ratones. Así aceptan el trato y el flautista toca su flauta y los ratones desaparecen tras él para siempre. La ciudad recupera su pulso y empieza a prosperar. A las dos semanas aparece el músico pidiendo cuentas de su trabajo, pero los ciudadanos se niegan a pagar tan alta suma. El flautista entonces toca una melodía distinta, y los niños se ponen a bailar y a moverse descontroladamente siguiendo al músico. Por mucho que los padres los intentan detener, por mucho que los padres les ruegan a sus hijos que no sigan al músico, lo más que los niños hacen es responder: "No sé porque lo hago" o "No puedo hacer otra cosa".

Hay varios finales del cuento, algunos trágicos, otros acaban bien cuando los padres pagan lo convenido y el flautista los libera." Y yo les hago la siguiente pregunta a los padres: ¿Qué música baila vuestro hijo? ¿Estáis dispuestos a pagar un precio para que esa melodía deje de sonar?.