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Roca

          La roca viene con todo lo que le pertenece de su sistema, la montaña de donde ha salido, el frío, el calor, la altura, las condiciones de formación, los plegamientos, las fuerzas del interior de la tierra...


          La roca nos habla de dónde venimos, cuál es nuestro país de procedencia, nuestra familia, nuestro pueblo...



          La roca habla de cómo se la ha procesado, cómo se ha extraído, manualmente, con excavadora, con explosivo... de
como se nos ha tratado, el cariño, la presión recibida...


          La roca trae estas heridas y dolor de su proceso formativo y extracción, trae belleza, formas y color.


        Además, la roca no está individualizada del todo todavía, tiene ese manto, ese “todo” consigo.


        Cuántas personas, compañeros y alumnos conocemos que son rocas, que vienen con su sistema, con su biografía, con lo cultural ajeno a nosotros, con su forma de entender los conflictos, el respeto, la vida...


        Esto es de una riqueza innegable y va a seguir apareciendo en todos los procesos.


        Reverenciamos el misterio de la roca que hay en todos nosotros.


        Y si nos fijamos bien, asentiremos ante la explicación que nos aporta la ciencia y que nos dice que todos, rocas y humanos, venimos en última instancia de ese polvo de estrellas, de esa explosión estelar que dio lugar a los elementos químicos y a la materia como la conocemos.


        Se pide a los alumnos que, mirando su roca, digan en voz alta, de manera libre y voluntaria, lo que se les viene a la cabeza.


        Pueden ser descripciones, sensaciones, estados de ánimo... en un ambiente de respeto y silencio.


        Fría, fea, blanda, pesada, pequeña, suave, dura, blanca, negra, deforme, bonita, frágil, sucia, mancha, con huecos, silencio, húmeda, sufre, irregular...