Comienza el trabajo interior...

 

Se accede al centro de la piedra martilleando con un punzón o con un cortafrios o bien perforando con una barrena.

 

 

 

 

 

El comienzo es duro, desolador... queda tanto por hacer, !la arena es tan dura¡.

 

 

La arenisca cede ante nuestra fuerza, se aparta  al rascarla, pero solo la superficie, e insistimos...

 

Poco a poco accedemos a las capas interiores de la piedra, y va sonando distinta, ya no estan pétrea, se empieza a ablandar y su sonido es más terroso.

 

También por la otra cara, surge el miedo, ¿se encontrarán los dos agujeros?, ¿será limpia la perforación?, ¿se romperá?.

Algunos abandonan en los primeros días, y ahí queda su piedra, varada cual ballena en la arena, nadie culminará la empresa.

 Son historias  de abandono, tan grandes y tan cortas...

 No se juzga, no se apremia, se contempla... en silencio y paz, se respeta y acoge.

  

 Los alumnos dicen:

 

 

 

Duele, cambia, duro, pesado, distinta, trabajoso, arenoso, salta, hiere, oscuro, aburrido...